Es quizá el hito de la lucha del pueblo kurdo en Rojava, debido a que significó un punto de quiebre no solo para los kurdos, sino para el conflicto regional, porque fue el primer revés militar del hasta ese momento invencible ISIS.
La voluntad y entrega de los defensores de la
ciudad pudo con el terror fascista armado. Las mujeres kurdas sembraron el
pánico entre las filas de Daesh (acrónimo árabe de Estado Islámico de Irak y
Siria).
El valor en combate de mártires como Arin
Mirkan y otros tantos, y la solidaridad internacional fueron fundamentales para
la visibilización del conflicto, mientras los jerarcas del Pentágono signaban
ante los medios internacionales la caída de Kobanê “en cuestión de días”.
Con una relación de fuerzas de casi 1 a 10,
las autodefensas kurdas YPG/YPJ no solo retuvieron la ciudad, sino que en una
campaña iniciada tras la recuperación de la misma, liberaron todo el cantón y
extendieron sus límites en los siguientes meses.
A mediados de 2014, tras la ruptura con
al-Qaeda producto de la intervención en Siria, Daesh inicia una campaña contra
el cantón de Kobanê. La vecina Jarabulus había sido tomada poco antes por
facciones islamistas que rompieron con el Frente al-Nusra, se enfrentaron con
los rebeldes sirios, y juraron lealtad a las bandas del autoproclamado Califato.
Desde dicha ciudad, junto con Sarrin y Tal
Abyad, se lanzaron los ataques. Daesh inició la campaña a mediados del mes de
Septiembre, destinando más de 8 mil efectivos a la misma, con armamento sofisticado,
equipos de comunicaciones, artillería, tanques y vehículos blindados.
Todo esto bajo la supervisión del máximo
cuadro militar de la organización, el checheno Abu Omar al-Shishani. En menos
de una semana, los terroristas habían rodeado la ciudad, ocupando numerosas
aldeas del cantón y sometiendo a la población que no llegaba a ser evacuada o
se resistía a ello. Quienes se quedaban a resistir, eran cruelmente asesinados.
Kobanê era el eslabón más débil de la defensa
kurda, puesto que a diferencia de Efrîn, no contaba con un terreno ventajoso
por su orografía y ,en comparación con Cizîrê, contaba con muchos menos
milicianos.
Se combatía fieramente, pero la superioridad
numérica y material era abrumadora. 4 mil terroristas rodeaban la ciudad desde
tres frentes (oeste, sur, este) para los
últimos días de Septiembre, que tomaban posiciones y comenzaban a abrir fuego
de artillería sobre Kobanê.
El 3 de Octubre, los terroristas ingresaron a
la ciudad por dos puntos. Mientras tanto, un buen número de kurdos que habían
evacuado a sus familias al otro lado de la frontera con Turquía, sorteaban las
alambradas y los disparos de soldados turcos concentrados en el pase fronterizo
de Müşritpınar, en su intento de
volver a Kobanê como voluntarios para defenderla.
Tras tomar la colina Mishtenur, en menos de
una semana Daesh ocupó media ciudad. Algunos integrantes árabes del Ejército
Libre de Siria se sumaron a los defensores, dando inicio a una colaboración que
iría estrechando lazos desde ese entonces a los días de hoy.
La presión internacional y otros factores
obligaron a la Coalición Anti-ISIS a realizar ataques aéreos contra los
terroristas, que veían dificultoso su avance ante el valor de mujeres y hombres
kurdos dispuestos a defender hasta la muerte su tierra.
Varios tanques fueron puestos fuera de combate
por minas improvisadas y lanzacohetes, en acciones de gran riesgo para los
defensores.
El presidente del Gobierno Regional del Kurdistán Iraquí, Masoud Barzani, también se vio obligado a enviar un convoy de 160 Peshmerga con armamento pesado y artillería para apoyar a los defensores y calmar las aguas de los kurdos de Bashur que protestaban para reclamar apoyo a sus hermanos de Rojava.
El presidente del Gobierno Regional del Kurdistán Iraquí, Masoud Barzani, también se vio obligado a enviar un convoy de 160 Peshmerga con armamento pesado y artillería para apoyar a los defensores y calmar las aguas de los kurdos de Bashur que protestaban para reclamar apoyo a sus hermanos de Rojava.
Los primeros días de Noviembre, tras detener
el avance de Daesh y luego de la llegada de algunos refuerzos, se reorganizó la
defensa, ya que comenzaban a escasear las municiones y demás suministros.
Aun así, las bajas entre los terroristas eran
cada vez más numerosas y los combates se daban casa por casa. Para ese entonces
y a pesar de controlar un 60% de la ciudad, Daesh había perdido casi la mitad
de los asaltantes iniciales.
La balanza comenzaba a inclinarse a favor de
los defensores, que recuperaban terreno en algunos barrios y puntos
estratégicos. Numerosas armas, municiones y equipos fueron requisadas a los
terroristas que caían o huían extenuados de los combates.
El 29 de Noviembre Daesh lanzó un contraataque
desde el sur, incluido un grupo que atacó desde los silos y las vías del
ferrocarril desde el lado turco de la frontera con la complicidad de los
militares de dicho país. Todas estas acciones fueron repelidas, causando importantes
bajas entre los terroristas.
Ya a mediados de Diciembre, los defensores se
encontraban en franco avance, liberando varios barrios. El 2015 comenzaba con
la mayor parte de la ciudad asegurada por las milicias kurdas. A mediados de
Enero estas retomaron la colina Mishtenur, quitando a Daesh toda posibilidad de
fuego de apoyo sobre el interior de la ciudad.
Desde esa posición las YPG/YPJ abrirían fuego contra las líneas de suministro
que los terroristas aún mantenían. La última semana del mes, el caos desbandó a
los atacantes y algunos desertores eran aniquilados por sus comandantes que no
podían evitar la inminente derrota.
El 25 de Enero los últimos terroristas caían o
se retiraban y en los dos días siguientes la ciudad era asegurada por completo.
A lo largo de Febrero y Marzo las YPG/YPJ y
aliados (ya sin los Peshmerga) procedieron a la recuperación de la totalidad
del cantón, liberando aldeas y villas con distintos grados de dificultad en
cada una, aunque sin una coordinada resistencia de los terroristas que aún
tenían presencia en la zona.
Los últimos se retiraron hacia Sarrin,
Jarabulus y Tal Abyad. Incluso volaron un puente sobre el río Éufrates, para
detener el avance de las milicias kurdas.
Kobanê quedó destruida en un 80% debido a los
combates y los bombardeos de la Coalición, sin servicio eléctrico, agua, ni
saneamiento. El desastre sanitario por la gran cantidad de cadáveres en las
calles y bajo los escombros se sumaba a los explosivos improvisados que los
atacantes dejaron tras su retirada.
La población fue retornando de a poco, y se
establecieron comités para la limpieza y organización de las tareas de
reconstrucción. Daesh tuvo cerca de 4 mil bajas, incluidos varios emires, como Abu Khattab al-Kurdi,
decenas de vehículos (más de 10 tanques).
Cientos de mártires kurdos y árabes entregaron
sus vidas en defensa de la ciudad, a la que le costaría regresar a una relativa
tranquilidad, ya que en Junio de 2015 sufriría una nueva incursión terrorista.
Esa vez el ataque, perpetrado por grupos
camuflados como milicianos del ELS infiltrados desde Turquía, que fue conocido
como la Masacre de Kobanê fue finalmente derrotado por las milicias kurdas, que
hoy por hoy controlan totalmente la ciudad.
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